La popularidad de Bolsonaro se desploma al nivel más bajo de su mandato

La aprobación del Gobierno del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, cayó a su nivel más bajo desde que comenzó su mandato el 1° de enero de 2019. En diciembre pasado había alcanzado una popularidad récord, pero esta comenzó a decaer a partir de enero. En el medio, se disparó la segunda ola de coronavirus en el país vecino, que dejó cifras récord de contagios y decesos, hospitales saturados y cementerios repletos.

El porcentaje de personas que opinan que el Gobierno de Bolsonaro es bueno o muy bueno se sitúa en un 24%, cuando en marzo esta cifra alcanzaba el 30% (en diciembre era del 37%). Por otro lado, un 30% piensa que es regular (contra un 24% en marzo) y un 45% estima que es malo o pésimo (en diciembre era del 32%).

En otras palabras, es la primera vez que el presidente brasileño tiene, al mismo tiempo, el porcentaje de aprobación más bajo y el de rechazo más alto en lo que va de su mandato. En las perspectivas hacia las elecciones de 2022, Bolsonaro tampoco obtuvo un buen resultado. Según esta encuesta realizada por Datafolha, el 54% de los entrevistados aseguraron que no votarían por él de ninguna manera. Por otro lado, quien se posiciona como el favorito es el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.

En estos momentos, Bolsonaro se encuentra bajo investigación del Senado por su gestión de la pandemia de coronavirus. La comisión, que fue creada por orden de la Justicia, se encargará de dirimir si hubo delitos por acción u omisión en su manejo de la crisis sanitaria. Tanto su negacionismo de cara a la ciencia, como las fallas en la administración del problema, son dos de los puntos principales que se analizan. 

Bolsonaro dice no tener miedo

El líder de la ultraderecha brasileña aseguró que no tiene miedo por la investigación que cae sobre él. "No le temo absolutamente a nada y lo digo bien claro: solo Dios me saca de aquí (la Presidencia). No queremos desafiar a nadie, respeto a los demás, pero van a respetarnos", aseveró ayer.

Por otro lado, continúa en su postura de defensa acérrima de su manejo de la enfermedad al asegurar que es algo que atacó a todo el mundo por igual. "Esa pandemia realmente fue un castigo para todo el mundo. El Gobierno hizo lo que pudo y los que no hicieron nada ahora quieren obstaculizar al Gobierno", sentenció, aunque luego señaló que confía en las instituciones. 

Esta semana, tuvo lugar el testimonio más polémico desde que comenzaron las audiencias de la comisión investigadora. El ex jefe de comunicación de la Presidencia, Fabio Wajngarten, quien estuvo en el cargo hasta marzo, luego de dar declaraciones contradictorias, reconoció que el año pasado Bolsonaro tardó dos meses en responder a Pfizer su oferta de venta de vacunas y que había una estructura paralela al Ministerio de Salud para asesorarlo en temas de la pandemia.