Rusia

Insólito: muchos en Rusia prefieren obtener un certificado falso en el mercado negro que vacunarse

La variante Delta del coronavirus causó un repentino aumento de los contagios en el país.
jueves, 24 de junio de 2021 · 14:22

Las autoridades de Rusia tienen muchos problemas para lograr que su población se aplique las vacunas contra el coronavirus que son el orgullo del Kremlin. Tal es la reticencia de los rusos a inyectarse que incluso el alcalde de Moscú declaró obligatoria su aplicación para parte del sector de servicios. Sin embargo, algunos continúan en su negativa y ven otra opción: los certificados falsos.

Es que muchos desconfían tanto en el Gobierno del país eslavo que su desconfianza se trasladó a las vacunas desarrolladas localmente, como es el caso de la Sputnik V. A pesar de las evidencias de seguridad y eficacia comprobadas de este fármaco, algunos creen que todavía es experimental y que tiene efectos secundarios. “No voy a morir porque el gobierno quiere que me vacune", afirmó Sergei, un joven ruso que obtuvo un certificado falso, consultado por la AFP.

Un comprobante falso puede conseguirse fácilmente en papel por unos 20 dólares. No obstante, lo que los ciudadanos de Rusia desean es el certificado digital cargado en las bases de datos gubernamentales. Para obtenerlo, los interesados deben enviar sus datos vía Telegram y abonar 200 dólares. Aunque hubo algunos reclamos por estafas, son muchos quienes aseguran que todo funcionó a la perfección.

Según uno de estos proveedores del mercado negro, recibe entre 20 y 30 pedidos al día. Incluso afirma que le llegó una solicitud para dar como vacunadas a los empleados de toda una empresa. No obstante, solamente puede hacer cinco comprobantes falsos al día.

Mientras la población se niega a vacunarse, la propagación de la contagiosa variante Delta del virus elevó la cantidad de contagios en las últimas semanas.

 

Otro método más sencillo

Tan solo 1,5 millones de los 12 millones de habitantes que tiene Moscú completaron su inmunización contra el coronavirus. Como en el resto de Rusia, hay un movimiento antivacunas que no es reciente ni tiene que ver con la pandemia sino con una profunda desconfianza hacia las autoridades. Por eso estas prácticas que esquivan la inoculación no son tan sorprendentes.

Pavel Brand, el director de una cadena de clínicas de la capital rusa, afirma que hay otra práctica usualmente utilizada por sus compatriotas para obtener certificados de vacunación y que se arrastra desde hace años. "La gente simplemente va a la clínica y le da dinero a la enfermera", quien a continuación vacía el frasco en la bacha en vez de inyectar el inmunizante. Mediante esta práctica, los adultos saltean la vacunación obligatoria de sus hijos e, incluso, tiene tiene un nombre: “Vacunar la pileta”.