Los ramos florales entregados en los Juegos Olímpicos esconden una historia conmovedora

Los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 se han convertido en un motivo de alegría y celebración para todos los países del mundo, sobre todo para aquellos que han logrado hacerse de una afamada presea dorada, el máximo galardón que los deportistas olímpicos sueñan alcanzar algún día.

Evidentemente, no todos los competidores que participan en estas olimpiadas se van a casa con el placer de contar con la tan anhelada medalla de oro, algunos consiguen hacerse con las de plata o las de bronce, y en en el caso de los que no entran en el medallero olímpico, se les otorgan diplomas de reconocimiento por haber participado.

Sin embargo, existe algo en común que sí reciben todos los competidores de estos Juegos Olímpicos: un hermoso ramo de flores compuesto mayormente por girasoles, y la historia que existe detrás de estos impecables y emotivos ramilletes florales ha conmovido a todos los concursantes de esta gala de competición mundialista. 

El gran significado de los ramos olímpicos

Todos los girasoles, rosas verdes, lirios y lavandas que conforman estos preciosos arreglos florales fueron sembrados, cuidados y recolectados en tres provincias japonesas ubicadas en el extremo noreste de la isla nipona, más concretamente en: Fukushima, Miyagi e Iwate, las tres quedaron completamente destruidas el pasado 11 de marzo del año 2011, cuando un poderoso terremoto de magnitud 9.1 en la escala de Richter seguido de un colosal tsunami barrieron con todo a su paso. 

Todas estas flores y lindos helechos que hoy reciben los participantes de los Juegos Olímpicos crecieron donde alguna vez solo hubo destrucción y desolación, en las mismas colinas y montañas donde hace poco más de una década unas 15.893 personas perdieron la vida a causa de esta terrible tragedia, y donde unos 2.556 japoneses desaparecieron sin dejar rastros. 

Estas flores, además de representar la recuperación de las regiones afectadas, son un símbolo inequívoco de la resiliencia y la fuerza del pueblo japonés, que constantemente resulta embestido por los azares del clima extremo, el mismo que actualmente aflige al planeta entero. 

Según el portal de noticias Orlando Sentinel, una organización sin fines de lucro fue la responsable de cultivar estas maravillosas flores que hoy crecen libremente en las tres regiones antes mencionadas y se coordinó para entregar los ramos florales tanto en las olimpiadas como en los paralímpicos.