MYANMAR
La Justicia de Myanmar condena a Suu Kyi a otros tres años de cárcel por corrupción
La condena acumulada de la líder birmana supera los 20 años de prisión.
El Tribunal de Justicia Militar de Myanmar condenó este miércoles a otros tres años de prisión a la dispuesta líder civil y Premio Nobel de la Paz 1991, Aung San Suu Kyi, tras ser hallada culpable por un presunto delito de corrupción, informaron medios locales.
La nueva sentencia fue divulgada la tarde de hoy por la oficina de prensa de la Junta Militar de Myanmar, la cual gobierna el país sudasiático desde el pasado 1 febrero del 2021, cuando se orquestó un golpe de Estado militar que acabó con el Gobierno electo democráticamente.
Con el más reciente veredicto, la condena acumulada de la expresidenta de Myanmar se eleva ahora a 26 años de prisión, de los cuales tres deberá realizar “trabajos forzados”, según consignó la agencia de noticias EFE.
La justicia birmana encontró a Suu Kyi culpable del cargo de corrupción por presuntamente “apropiarse ilícitamente” de unos 500.000 dólares que habrían sido donados entre 2019 y 2020 a una fundación sin fines de lucro que ella misma presidía.
Fuente: (EFE Noticias)
De acuerdo con las investigaciones, dicho dinero sería utilizado más tarde por Suu Kyi y su partido para “financiar su campaña política” en las elecciones presidenciales de noviembre de 2020, donde arrasó con mayoría absoluta y resultó reelecta para un segundo mandato de cuatro años.
Más procesos pendientes contra Suu Kyi
La líder birmana, de 77 años, aún debe enfrentarse a otros cinco procesos judiciales en su contra, entre los cuales destaca la presunta “posesión ilegal de propiedades del Estado” y la “compra y alquiler de helicópteros privados para su uso personal”.
Recordemos que todos los procesos judiciales a los que se ha enfrentado la líder Suu Kyi se han realizado a puerta cerrada a través de un tribunal de justicia militar ubicado en la capital del país, Naipyidó, donde cumple su condena la Premio Nobel de la Paz.
Aung San Suu Kyi fue trasladada en junio pasado a una prisión de mujeres de mediana seguridad en la capital birmana, luego de pasar más de un año bajo detención domiciliaria.
