SHANGHÁI
Después de dos meses de confinamiento, la población de Shanghái volvió a salir a las calles
Más de 25 millones de personas permanecieron aisladas debido a la política de cero tolerancia de las autoridades chinas.
El gobierno chino puso fin al confinamiento estricto en la ciudad de Shanghái, luego de observar una reducción importante en los casos de coronavirus. El país asiático fue afectado por un nuevo brote relacionado con la variante Ómicron.
Tras dos meses de frustración y pérdidas económicas en la ciudad más poblada del país, las autoridades decidieron reanudar las actividades y terminar con las pruebas obligatorias y periódicas contra el virus. Los residentes de Shanghái pueden volver a salir de sus casas, volver al trabajo y asistir a espacios públicos.
Diferentes grupos se concentraron en puntos emblemáticos de Shanghái para dar la bienvenida a una nueva etapa en la que se puede circular libremente por las calles y no hay controladores sanitarios en cada esquina.
Shanghái Disneyland transmitió en directo un espectáculo de luces para celebrar el levantamiento de las medidas estrictas y, en las calles, se vio a muchas personas con sus mascotas reencontrarse con amigos o, simplemente, en los abarrotados supermercados.
La urbe intentó blindarse ante la circulación de la variante Ómicron, pero una gran cantidad de personas se contagió y fueron trasladadas a enormes centros de aislamiento, donde enfrentaron condiciones insalubres, de hacinamiento y sin comunicación con sus seres queridos.
Xi Jinping y su política de cero tolerancia
El presidente chino, Xi Jinping, ha impulsado una política muy estricta en un intento por frenar el brote más grande de coronavirus desde que se conoció la pandemia. Ordena aislamientos focalizados y hasta castigos para los contagiados que no informen su estado de salud.
El COVID 19 se descubrió en un mercado de Wuhan y, desde entonces, las autoridades se han mostrado renuentes a dar más detalles sobre los análisis realizados y el tratamiento dado a los primeros enfermos. La OMS (Organización Mundial de la Salud) envió una misión al territorio, pero los profesionales tuvieron un muy limitado acceso a la información oficial.
