VIRUS DE MARBURGO

De cada diez contagiados con el virus de Marburgo, ocho pierden la vida, según la OMS

Es una fiebre hemorrágica casi tan peligrosa como el ébola, y las autoridades sanitarias están preocupadas.
martes, 19 de julio de 2022 · 12:02

La detección de casos del virus de Marburgo tiene en alerta a Ghana y encendió las alertas mundiales debido a que es similar al ébola, no se ha desarrollado una vacuna para prevenirlo y su mortalidad es superior al 88%.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) advirtió que la enfermedad es muy grave, causa fiebre hemorrágica luego de un periodo de incubación de hasta 21 días. El virus de Marburgo provoca una brusca subida en la temperatura, dolor de cabeza intenso, malestar general y al tercer día todo empeora.

El brote de Marburgo se confirmó hace unos días en Ghana.

Según los expertos, el virus de Marburgo provoca fuertes dolores intestinales, diarrea, náuseas y vómitos que persisten hasta por una semana. Los ojos parecen hundidos y el cansancio es de tal intensidad que resulta imposible levantarse de la cama.

Este padecimiento acelera su escalada a partir de la primera semana: los enfermos presentan hemorragias graves que pueden ser mortales porque afectan a diferentes órganos. El sangrado espontáneo es en fase más grave y afecta directamente el sistema nervioso central.

Todavía no hay vacuna contra la enfermedad.

Luego de varias complicaciones con el virus de Marburgo, los pacientes pueden perder la vida a los ocho o nueve días. “Suele seguir con grandes pérdidas de sangre y con choque séptico”, explica la OMS en su página web.

 

Ocho de diez contagiados mueren

La enfermedad tiene una mortalidad que puede ser del 88%; es decir que entre ocho y nueve de los contagiados pierden la vida tras diez días del contagio. La OMS reitera que la única forma de salvarlos es si reciben tratamiento en el momento adecuado.

La mortalidad entre los contagiados es muy alta.

El huésped natural del virus de Marburgo es el murciélago de la fruta, aunque se propaga entre los seres humanos. Se identificó por primera vez en 1967, tras reportarse brotes simultáneos en Marburgo y Frankfurt, en Alemania, y en Belgrado, Serbia.