Reino Unido llamó la atención a Irán por la ejecución del exviceministro de Defensa

Los barbáricos métodos de adoctrinamiento y represión del régimen iraní, presidido por el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, no se detiene, luego de haber ejecutado a 246 personas tan solo en 2021, y al menos 4 manifestantes desde las protestas masivas además de condenar a otros 17 ciudadanos a la horca, el ministro de Exteriores de Reino Unido, James Cleverly dijo que el accionar “no quedará sin respuesta”.

Por su parte, el primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, manifestó su consternación por la ejecución, en este caso, del británico-iraní Alireza Akbari, quien fue acusado por el régimen de Khamenei por ser espía británico en territorio iraní. “Fue un acto cruel y cobarde, llevado a cabo por un régimen bárbaro que no respeta los derechos de su propia gente”, redactó Sunak en Twitter.

Esta nueva ejecución forma parte del amedrentamiento y temor que pretende instaurar el régimen iraní desde el comienzo de las masivas manifestaciones como respuesta al asesinato de Mahsa Amini, en manos de la policía de la moral por llevar mal puesto el velo. Los oficiales la detuvieron y encarcelaron, ya en prisión la golpearon hasta dejarla agonizando por tres días, momento en el que finalmente murió, momento en que el Reino Unido comenzó con las críticas.

Por su parte, Teherán (capital de Irán) acusó a Estados Unidos, Israel, Reino Unido, Francia y Alemania de provocar las masivas protestas, donde hasta la fecha, 500 personas perdieron la vida por la brutal represión policial comandada por el régimen iraní. En este caso, se acusa al “espía” británico de desempeñarse en tareas de espionaje contra irán por 1.805.000 euros, 265.000 libras y 50.000 dólares estadounidenses.

Los presuntos delitos de Akbari

Supuestamente, el ciudadano británico-iraní, llevaba a cabo tareas de inteligencia mediante una empresa privada enfocada en actividades de investigación y comercio, y colaborando directamente con investigadores en Londres (capital de Inglaterra).

También se lo acusa de proporcionar información importante sobre distintas figuras iraníes, como el principal científico nuclear de Irán, Mohsen Fakhrizadeh, quien fue asesinado con una ametralladora a control remoto dirigida desde un automóvil. En ese caso, las autoridades iraníes acusaron a Israel del atentado, aún sin presentar pruebas.