Irán no negó abandonar el Tratado de No Proliferación Nuclear

El miércoles pasado, el Parlamento Europeo aprobó una moción donde se incluye a la Guardia Revolucionaria iraní en la lista constituida por grupos terroristas debido a sus reiterados actos de violación de los derechos humanos perpetrados contra la población de Irán en las protestas por Mahsa Amini desde septiembre de 2022.

Por este actuar del Parlamento Europeo, el ministro de Relaciones de Irán, Hosein Amirabdolahian, realizó declaraciones donde no negó que su país pueda retirarse del Tratado de No Proliferación Nuclear. En primer lugar, luego de charlar con el presidente del Consejo Europeo, expresó: “según las declaraciones del presidente del Consejo Europeo, Occidente no quiere designar a la Guardia Revolucionaria como organización terrorista, pero si Europa no cambia su postura, Irán adoptará medidas recíprocas”.

Posteriormente, se le preguntó si el país podría alejarse del tratado que evita la construcción de dispositivos nucleares y termonucleares, a lo que el ministro de Irán, Amirabdolahian, dijo: “Hay políticos europeos, como la ministra de Asuntos Exteriores (Annalena Baerbock), que tienen poca experiencia diplomática, así que no se basan en la razón y no corrigen su postura, por lo que cualquier opción entra dentro de lo posible”.

Las protestas, que comenzaron en septiembre del año pasado, basan su reclamo contra el Gobierno y la policía de la moral, que detuvo a la joven Mahsa Amini por llevar mal puesto el velo, luego la golpearon fuertemente provocando un traumatismo severo en el cráneo y después de agonizar por tres días, murió.

Pedido de renuncia al régimen y represión

Luego de iniciadas las protestas que exigían la renuncia del régimen iraní rechazando sus políticas altamente ortodoxas y represoras, el Gobierno respondió con una brutal represión que, de acuerdo a la Organización No Gubernamental (ONG) Irán Human Rights, llevaron a la muerte al menos a 481 personas, además de llevar a cabo cuatro ejecuciones públicas por la relación con la manifestaciones.

La táctica del régimen consiste en atemorizar a su población con las nombradas ejecuciones públicas para desarticular las protestas, pero la terrorífica medida no hace más que llevarse la sanción internacional y de organizaciones de derechos humanos en el globo. El 20 de septiembre ocurrieron las primeras muertes, dos días después, fueron censuradas las redes sociales para evitar las reuniones para planificar manifestaciones.

Posteriormente, a finales de octubre, masivas protestas fueron realizadas en la ciudad natal de Amini y el 8 de diciembre llegó la primera ejecución perpetrada por el Gobierno. A pesar del reclamo de los entes que luchan por los derechos humanos en el mundo, el régimen iraní redobla sus acciones de terrorismo institucional contra la población de su país.