Benedicto XVI
Crecen en las redes sociales las peticiones de declarar santo al emérito Benedicto XVI
Esto debido a que presuntamente realizó un milagro.En el año 2013, el papa emérito Benedicto XVI, visitó a Peter Srsich, un joven estadounidense de 18 años que sufría cáncer. Esta persona logró conocer al sumo pontífice gracias a la asociación de su país llamada Make-a-wish, donde personas aúnan esfuerzos en conceder deseos de los niños y adolescentes enfermos.
Durante la reunión llevada a cabo hace 10 años, Ratzinger (Benedicto XVI) habló con el joven, lo bendijo y puso su mano sobre su pecho a la altura del pulmón. Posteriormente, Srsich comenzó a mejorar debido a los tratamientos de quimioterapia que se le suministraron y también, según el joven, gracias a las oraciones en agradecimiento que realizaba con regularidad.
Nueve años más tarde, el joven adulto al que le fue suministrado un “milagro” se convirtió en sacerdote, sin embargo, el propio Srsich rechazó utilizar este termino para referirse a lo realizado por Benedicto XVI, alegando que “la quimioterapia me ayudó a combatir el cáncer. Estar frente al papa y conocerlo, y ver mi futuro, me ayudo a superar esto, y en alguna medida pequeña, no milagrosa, me ayudó a sanar del cáncer”.
A partir de este acontecimiento, los fieles, a través de las redes sociales solicitaron que se declare como santo al papa emérito por cumplir con uno de los requisitos para alcanzar este prestigioso título, que consiste en realizar un milagro además de llevar una vida abocada a dios.
Francisco presidió el funeral de su antecesor
El actual papa, Francisco, encabezo el funeral del emérito constituyendo la primera vez en la historia que un papa oficia el funeral de otro sumo pontífice. Antes de morir, Benedicto XVI pidió que su funeral sea marcado por la sencillez, y así fue, Francisco llegó al altar donde se encontraba en cuerpo sin vida de Ratzinger en silla de ruedas debido a sus problemas en la rodilla y comenzó la ceremonia.
El emérito fue depositado ante la basílica de San Pedro para la ceremonia fúnebre, este evento fue orado en idioma latín, aunque ya no es obligatorio en la Iglesia católica, debido a que desde hace años se permitió realizar misas y ceremonias en idiomas locales para que la religión tuviera más alcance, ya que es lo que quería el emérito.